sábado, 15 de marzo de 2014

Un año más de experiencias

¡Ay! Ya estamos dizque en marzo y yo todavía dudo cuando inscribo el año en el cuaderno para dar cuenta de la fecha. No sé si mi falta de atino con el tiempo tiene que ver con la descripción que mi admiradísimo Rojas comentaba sobre el melancólico, donde era un ser que ignoraba el tiempo. La extrañeza aumenta cuando los ánimos bajan y es que la ciudad tiene cierta pestilencia que me pseudo-deprime, porque desde que estoy en Medellín tengo unas ansias de pasarme el día en la cama con los sueños diurnos y aquellos del inconsciente que ya no consigo recordar.

¡Veinte años de existencia! Un quinto de siglo, y no me siento una autoridad en cuanto a la vida experimental, aún cuando me jacto tanto al hablar y recomiendo con tanto orgullo modelos de interpretación de la existencia. Y es que si en algo me he acercado a eso que llaman "esmero" es en formar una forma de ver el mundo que lo más seguro es que sea contradictoria o peque de un descarado eclecticismo, pero, que la generalidad que la envuelve me impide ver la carencia de contenido que tanto critico en otros.