Hace unas pocas semanas le preguntaba a Daniel N. que sí acaso alguien le quitaría los sentidos pero le daba la oportunidad de conservar uno solo, cuál escogería. No sé muy bien por qué salí con esa pregunta tan ridícula, pero, que me brinda un análisis interesante -a mi gusto, claro está-. ¿Qué brinda cada sentido? ¿Cuál relación se establece entre un sentido y un ser sensible? ¿Cuál se priorizaría a partir de esto?
Es curioso, por años pensé que mi sentido preferido era la vista, por muy ciega que esté: Me encanta observar, me encanta admirar lo que hallo bello, reconocer figuras y gestos, observar los diversos colores y los paisajes imponentes... la connotación de la vista es la observación, una actividad que al mismo tiempo es pasiva. Por lo general, se observan cosas que no están en nosotros -a menos que pases más de la mitad del día viendo un espejo-, pero, el observar sólo busca captar y alli halla el placer.
El tacto, para mí forma de interactúar con el mundo, resulta más límitado y mucho menos variado: Puedes sentir la textura de un árbol, o la arena recorrer tus manos, puedes también sentir el viento gélido, o el dolor que supone el golpearte contra un objeto que no viste, sí, pero, por lo general no estás consiente de éste sentido, y el placer que brinda se reduce a esos pequeños momentos en el que decides experimentar a partir de un contacto directo del objeto contra tu cuerpo. Pero... el tacto puede resultar más intenso.
Sí, claro, en mi vida he visto personas, colores, paisajes y otros escenarios que me maravillan por su belleza, pero, por muy alta que haya sido la impresión generada, no iguala la marca que por su parte crean los momentos del roce con tu cuerpo. El tacto es más activo, es una interacción directa: estás allí haciendo un contacto con un objeto y eso es lo que brinda el estímulo, decides actuar y brindar la idea de cercanía, exponerte a los peligros que supone lo mismo, se requiere coraje. Además, es un acto donde prima lo instantáneo, lo que está a la mano. Como recompensa, el placer que se obtiene puede ser más agudo, o al menos en mi experiencia personal así parece.
Pero, la pregunta resulta muy sosa en un aspecto fundamental: A menudo, los sentidos se complementan. Se requieren entre sí para dar significancia a las cosas, para dar esa idea de intensidad. Por lo tanto, no opinaría que se deba salvar a uno, sino más bien inquirir por cuál es prioriza.
Aún con mi amor a la música, no considero el audio mi sentido prioritario. Of course, para la canción, comparto una donde se entremezclan los que consideramos cinco sentidos: Libido.
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