sábado, 28 de septiembre de 2013

El yo como agente transformador

Creo que... mis relaciones sociales se basan en la idea de cambiar al otro. Yo como agente transformador. Induzco a quienes me rodean a que tomen lo que yo llamo "consciencia de sí". No es que lo haga realmente a propósito, sino que es mi forma de vincularme con el otro. Le llevo al interés de que se asuma, de que se piense y describa; creo que eso está bien, que el poder autodiagnosticarse les dará más control sobre sus vidas, que el aumentar su comprensión de sí mismos generará un cambio en la relación que tienen con esa figura que llaman yo, y por lo tanto, la implementación de un mecanismo más eficaz, de un discurso que abarque más ejercicio del poder... pero... no lo hago por ellos propiamente hablando, lo hago por mí.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Anger

Camino rápido, procurando que el paraguas cubra mi rostro. Un mensaje de texto en el momento equivocado -por tan sólo unos pocos minutos- aumentan una pasión que de a día por día se va revelando. Una mirada de desprecio, y un ego que se tambalea; es la segunda vez en dos días que me ha quedado mal, pero, la protesta en mis pensamientos no es sólo de un caso aislado. La eterna insatisfacción aprovecha este punto de fisura y presenta su obra: Un hermoso drama que contiene momentos y personas, momentos y personas. Resucitan a Hobbes sólo para hacerle recitar que el hombre vanidoso clama porque se le de socialmente el valor que él mismo se confiere -que no escatima para el caso-: ¡ay, vanidad! me hierve el cuerpo al considerar que se me es negado mi justo valor, esa figura que con fervor he construido es negada ante bocas atrevidas que censuran más rápido de lo que escuchan; fútiles palabras son expresadas y en mi interior crece un aborrecimiento ante una figura tan ligera -propio de aquel que se convierte en elitista, claro, elitiza sólo lo que para sí mismo es interesante, ¡cuán ciego se es!-. No hay dónde refugiarse; las herramientas para negociar conmigo misma se empiezan a gastar. La rabia silenciosa crece y se acumula, y a veces no hay quién detenga el proceso.

martes, 3 de septiembre de 2013

Absolute Boyfriend: El amor egoísta.

Me encanta el olor a café, o el olor a panadería: Siempre he deseado tener mi propia panadería para consumir pan fresco y hecho a mi gusto... es uno de esos sueños que mantienes aunque no creas posibles de cumplirlos o al menos no intentas. Tal como el ser budista o vegetariana.

La tarde de hoy la usé en la productiva tarea de ver capítulos de doramas. Estaba viendo Lie to me cuando de repente la página me muestra una lista de otros doramas, y así, leía sus descripciones mientras buscaba imágenes de ellos en google. Había uno que se llamaba "Absolute boyfriend", leí la trama y me pareció sosa, pero... al buscar las imágenes, encuentro a un hombre sin camisa con un largo de cabello justo como a mí me encantan (Tal cual Tomohisa Yamashita). Como soy un ser muy profundo, lo señalado fue suficiente para que curiosiara un poco en la página... y lo primero que noté es que habían dos versiones de la serie: Una japonesa y una taiwanesa. Al notar que aquel peli semi-largo era del seriado japonés, lo busqué en YouTube... pero, no me gustó. Iba a dejar así, cuando me enteré que el protagonista de la versión china era Jiro Wang. A Jiro lo conocía de la versión china de Playfull Kiss, llamada It started with a kiss (Que es la única que medio vi... me quedé en el capítulo 7) y la versión de Hana Kimi taiwanesa, llamada Hua Yang Shao Nian Shao Nu. Así que decidí echarle un vistazo.

El primer capítulo fue bastante ilustrativo: La elección de características para el novio perfecto, debido a que la protagonista tenía la facultad de elegir su personalidad. ¡Cuán maravillosa se mostraba la idea! Era abordable por muchos ámbitos, entre esos, la idea del saber lo que se quiere. Algunas películas dejan una situación ejemplar que sirve para usar en diversas charlas, y entre esas, hoy cito a Al diablo con el diablo. Aquel hermoso momento en que el hombre, quien tiene la facultad de elegir transformar la realidad a su deseo -a uno conciso... por cinco oportunidades-, lee el diario de la chica por la que está loco; en aquel diario, ella confiesa que desea a un novio sensible, por lo que él pide convertirse en el hombre más sensible del universo, deseo que se cumple... y su sensibilidad es tanta que la irrita y se va con otro. Al final, la moraleja que él da es que "las mujeres no saben lo que quieren". Asunto que me parece muy válido ya que muchas sólo repiten el discurso de lo que se suponen deben querer y no conocen lo que realmente quieren.