lunes, 18 de febrero de 2013

El conocimiento humano no puede ser neutral

Y caigo en el error de pensar que alguien está pensando erróneamente, como si acaso yo tuviese la razón, cuando me comenta su fe en la ciencia, cuando habla de lo exacto de las ciencias exactas o cuando afirma de forma acérrima que Dios no existe. No negaré que éstas posturas tan rígidas me aterran, pero, antes que el pretender sobreponer mi supuesta opinión más flexible, debiera yo de tratar comprender la postura del otro. Ya en ese tema me hizo hincapié Johanna, y reconozco que la pasión al momento de discutir no es algo positivo. La pasión debe existir en el momento de recolectar la información, no en la divulgación, pues ésta sigue fines soberbios, y ya Edgar me llevó a reflexionar sobre lo problemático que puede ser incluir ésta característica en la perspectiva de ética.

Más o menos ese fue el tema tocado con W. Esteban. Aún así, la materia me llevó a traer al debate interno la cuestión acerca de la idea de la neutralidad y exactitud de las ciencias duras, ¡y sí que me incita a escribir la reflexión! Oh, probablemente hablo casi de forma irracional al ignorar el tema, pero, soy de preferir tener una postura ante un asunto desconocido que no opinar nada, pues si bien puedo estar errada, al menos la discusión me puede disipar ese presunto error en el juicio.

¿Por qué me atrevo a considerar que las ciencias son limitadas e inexactas? Sustento mi idea en una perspectiva histórica (espero no estar cayendo en anacronismos). Hace unos 600 años, en los caminos para descubrir la ciencia moderna, se tomó el de la famosa alquimia. Quienes la practicaban aseguraban que su método era riguroso y preciso para la obtención de la verdad. Desde lo poquito que sé, tengo entendido que hoy en día casi todos los postulados de ésta corriente han sido negados, como su teoría del color. ¿Su método acaso se basaba en la pura especulación? No, ellos realizaban experimentos de comprobación. ¿Eso qué me mostraría a mí? Que nuestra ciencia no dista mucho de la alquimia, claro, su método es más riguroso, pero, sigue estando atado a nuestra limitada perspectiva, y he allí donde me interesa hacer énfasis.

¿Podemos ver una hormiga como realmente es una hormiga? No lo creo. Podemos estudiar una hormiga desde nuestra perspectiva humana, compararla con nuestro modelo de sociedad, tratar de determinar factores externos -que tampoco podemos ver realmente como son- que influyan en su rutina y demás, pero, no podremos ver a la hormiga de forma neutra. No hace mucho leía una idea interesante, no recuerdo dónde, que hablaba de la necesidad del hombre de unificarlo todo (esa idea también se comenta en el Lobo Estepario, pero, en éste último es desde la perspectiva que se tenga de sí mismo), buscando un orden o sistema donde no existe, porque el impulso de jerarquización es netamente humano, y entre los ejemplos estaba nuestra perspectiva de universo o la pirámide alimenticia. Todo lo que veamos será filtrado por nuestra forma particular de ver el mundo, que está atada a nociones sociales y psicológicas. No lo invento yo, ya se ha comentado una y otra vez -aunque no por ésto digo que sea cierto-: La neutralidad no existe. ¿Quién hace la ciencia? los hombres; y el mismo acto de seleccionar un objeto de estudio es propiciado por el hombre, ¿qué nos hace determinar qué necesitamos estudiar y qué no? ¿y desde qué ópticas estamos estudiando? ciertamente las cosas contienen más de lo que nosotros buscamos, y no es culpa nuestra, sino que nuestra perspectiva es limitada. Probablemente se expande con el tiempo, probablemente imaginemos más y tengamos puntos de vista que se acerquen más a esa objetividad, pero nunca nos vamos a desligar de la condición de humanos, y siempre analizaremos los resultados generados por máquinas que el mismo humano creo desde esa postura.

La objetividad absoluta me parece una utopía. Pretender que la ciencia de hoy es exacta es concluir que en 500 años los resultados que obtengamos hoy seguirán vigentes, y según lo poco que sé de historia, eso no suele pasar, siempre los modelos son modificados por unos más propicios, que también dependen de las necesidades de la sociedad de turno.

¿Y por qué otras cosas como la creencia absoluta de que Dios no existe me contrarían? Por mis creencias agnósticas, que predican que lo finito no puede comprender lo infinito, y negarle entonces el ser o la inteligencia a algo que se pretende infinito está fuera de nuestra limitada racionalidad. Creer que sólo exista un tipo de inteligencia como la humana o que un ser supremo pensaría como un humano es un tanto idealista, limitado y antropocentrista a mi perspectiva.

¿Que posiblemente yo esté cegada y vea mal las cosas? Probablemente, pero, esperaré que si alguien puede  mostrarme mi error, tenga la suficiente madurez para tratar de comprender sus palabras.


¡Anexo algo espectacular a mis oídos! No mentiré: No entiendo la música clásica. No sé nada de notas ni tonos y sólo la escucho desde un sentido plenamente superficial (que a mi me suene bonito). Recurro a éste género cuando quiero leer, y compartiré una melodía encantadora que justo andaba escuchando éstos días. Air, de Bach, que empieza para el 7:45


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