lunes, 15 de octubre de 2012

La paciencia

Dicen que cuando pasas el tiempo con alguien que realmente te agrada, el tiempo se pasa volando, y no lo niego, es verdad, puedo hablar horas con "mi mejor amigo" (no sé cómo llamarle xD no lo quiero clasificar allí, y me sentiría rara el llamarle "la persona que más aprecio que no comparta vínculo sanguíneo") y no me percato del tiempo; también allí están esos momentos de telenovela, en donde ese escenario con esa persona especial termina con prontitud y uno quiere soltar un "No te vayas todavía..." y luego que pase un momento cursi. Y justo un recuerdo desfila en mi mente: La noche en que caminaba con un paraguas con David, mientras trataba de hacer lentos mis pasos o que nos perdiéramos en el camino, para así tomar más de su tiempo. No sé si ese momento lo recuerde en mi actualidad por el poco coraje que tuve, ya que ahora no me cuesta decir "No te vayas todavía". ¡Mi primera obsesión! que lejana me parece ahora, y sé que ahora debo esperar...


Después de las dos veces que citaron al Principito en el libro de Tamaro y de las constantes citas que un día cualquiera hicieron en Ateísmo Brillante una noche cualquiera, me decidí a leerme el susodicho libro de Saint-Exupéry, ya que no parecía tan infantil como yo creía.

La primera sorpresa fue lo corto que era, además de que su lenguaje era simple, por lo que antes de dormir pude leerlo. Pero, el libro no hace distinción por su longitud o por su léxico, sino por su contenido. A diferencia de lo que creía, no es un libro para niños, sino un libro para personas.

No lo negaré, lloré mientras lo leía. Cuando el chico comentaba lo de los atardeceres me conmoví, y cuando pasó a hablar de su flor especial no pude reprimir las lágrimas silenciosas. Fue un bello momento romántico. También me maravilló la forma de pensar del Rey, así el tipo trabajase para sí mismo. Pero... el momento más especial para mí fue sin duda el Capítulo XXI: El acontecimiento con el zorro.

¡Oh! Tan profundo capítulo. Lloré la primera vez que lo leí, incluso con sollozos. Mientras lo leía a alguien, no pude evitar que mi voz sonara entrecortada pues en la recreación me seguía llegando al alma, y si que detesto llorar al frente de otras personas. El capítulo lo leí en un PDF, inicia desde la página 24 del documento virtual o 22 basados en los números dentro del documento. 

El pasaje me remitió a un tema que no he desarrollado: La paciencia. La relación del Principito y el Zorro se dio a partir de un proceso que requería tiempo y constancia, y si bien en mi ideal ésta eso, en la práctica no lo hago comunmente. Espero que los demás sean libros abiertos, y no tengo la paciencia para esperar a que se abran, por lo que me aburro cuando la gente es cerrada y termino descartando esas relaciones. Hay veces por apresurada me compro cosas malas o más caras de lo normal, u otras veces termino descartando cosas porque llevan mucho tiempo hacerlas. Claro, se supone que estoy luchando contra eso, pero, primero tengo que entender qué es la paciencia para aplicarla con consciencia.

Sí, lo tomé de la primera página de Google Imagénes &.&

¿Por qué esperamos? bueno, en parte, alguien paciente se dice que es alguien sabio, pues no se deja llevar por sus impulsos (mirá que sí soy impulsiva!) y en parte con calma determina qué es lo mejor para hacer. Es el ser consciente del tiempo futuro... y es curioso que alguien que se plantee a modo de proceso carezca de algo tan fundamental. La paciencia permite sosegar las angustias y la ansiedad, que Loki sabe que padezco en exceso, y no solo eso, también ayuda a calmar el egocentrismo (¡Ahhhhhh! no sé cuando pasó que mi peor enemigo dejó de ser la cobardía para serlo el egocentrismo) pues se postergan los juicios y se escucha más, lo que permite ser más racional con la información brindada (que terminaría en batalla contra el susodicho), contribuyendo a mejorarme a través de la experiencia de terceros. La paciencia permite contemplar las cosas a su sano tiempo, evitando precipitaciones que pueden generar abruptos traumas -aunque ese sea el método favorito de la mayoría de personas- evitando precipitarte con algo que pueda tomar su tiempo.

Daré importancia a algo mencionado: Los procesos. La paciencia es el mejor vehículo cuando te observas como un ser con metas a modo de escalera, y que cada paso se debe tomar a su tiempo. Se dice que la verdadera satisfacción se encuentra en el camino hacia una meta más que en la misma meta, o que la satisfacción que se halle en algo se debe al esfuerzo puesto. Además, contribuye gratamente con la conciencia al procurarte hacer pensar el punto en que te encuentres en ese camino, que si incluso eres de las personas donde la prioridad es el proceso o de preferir lo fugaz, la conciencia será necesaria para administrar la ganancia de las experiencias, y mejor que sea provechoso lo que cada encuentro te genere.

Pero que no se me culpe netamente de impaciente. No lo niego: Me aira que me lleguen tarde o que no sigan las instrucciones que dejé: Si dije "Te bajás por la plataforma sur", pues te bajás por la plataforma sur y no la norte ¬¬, peeeeeeeero, igual, me tomo un tris más de tiempo para contemplarlo todo, sea a la gente o sea a las cosas. Eso sí: no me altero todavía con menos facilidad. ¡Hay que corregir!


Cortico el artículo, pero, creo que todavía no identifico el proceso de la paciencia. Entre varias cosas, el blog ya va para las 2.000 visitas! no sé por qué eso me hace sentirme bien... ¡Bueno! Como canción, una que recordé cuando copié el "No te vayas", que lo quería copiar era como un "No, no te vayas amor mío, quedate un poquito más" imaginándome en una escena dramática :3 aw, ya me dieron ganas de hacerlo.


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