Sobre la descripción del blog... que previamente era "Absurdismos en los que mi alma hedonista cae para el regocijo", ahora tengo claro que no debo usar el "hedonista", y si bien me cuesta mucho,también debo renunciar a los "absurdismos".
Si bien no me quedó claro si la crítica que hacía Camus sobre la esperanza era sobre una de naturaleza eterna o aquella que se puede tener en los procesos, busco una finalidad en mi accionar, busco un sentido, así que no me puedo llamar un "hombre absurdo" (¡lenguaje machista!) pero sin duda he sentido el divorcio entre el mundo y yo. Digamos entonces que no afronto como recomienda Camus al absurdo, sino que evito la muerte desde la proyección a futuro, desde el deseo de proceso -y no desde vivir el ahora- y si bien creo en el "todo está permitido", soy más de pensar en lo que tengo permitido hacer que en hacerlo, y me basta por el momento... (aunque podría ser que el vitriolo esté esparcido en todo mi organismo).
¿Cómo ponerle entonces? Que no se crea, pero, definir la idea del blog en pocas palabras es algo complicado. ¿Y por qué es necesario hacerlo? ¡Porque hay que saber sintetizar! debo tener clara la idea principal del blog, y ésta debe ser expresa a todo aquel visitante que llegó para ver una imagen de Cinco centímetros por segundo o con Love Rain, que ya alcanza su centenar de visitas, sniff. No será un logro para la mayoría de los blogs, pero, para mí sí que los es.
Aún cuando otros podrían pasar por alto éste asunto, la cuestión de la descripción del blog me deja un aspecto interesante a considerar: ¿Por qué tengo el blog?
La respuesta a ésta interrogante se divide en partes: a) La razón primaria, b) la razón que lo sustenta y c) lo que aspira conseguir. Es algo simple, pero, me gustaría dejarlo por escrito, por si a futuro cambio de idea.
a) Bueno, la repuesta está en la primera entrada, pero, puedo expandirlo. Siempre he sido alguien que se arma películas mentalmente, alguien que tiende a pensar muchas pendejadas. Toda mi vida quise tener un diario, y lo intenté múltiples veces, pero, terminaba abandonándolo. Incluso hubo un momento en que escribí el nombre de Juan David, el niño que me gustaba a los 11, en uno de esos cuadernillos y una amiga lo leyó XD, por lo que casi muero al ver mi alma delante de otra persona desnuda por primera vez (La desnudez solo la he sentido dos veces.... ahora incluso soy honesta me siento cómoda) pero, nunca alcanzaba a durar la semana escribiendo. La cosa cambió hace unos cinco meses cuando Laura P. me comentó de su blog y me dijo que yo debería tener uno, cosa que al principio me negué, pero, una vez leí sus seis entradas en como un año de creado me entraron ganas y lo terminé haciendo.
b) ¿Por qué continué el blog? Creo que desde el momento en que lo creé tenía un objetivo, o al menos lo tenía con la idea de los diarios: Darle claridad a mis pensamientos. No sé si todavía, pero, tendía a ser alguien demasiado desordenada mentalmente. El blog sirvió entonces para darle orden, coherencia y jerarquía a mis reflexiones, y por eso hasta la fecha lo sigo manteniendo. c) Ahora no tanto para darle orden, sino para proyectarme, para reinterpretarme a futuro, para cuestionarme a menudo y sosegar las contradicciones, para disipar la duda y darle fuerza a mis motivos. En gran parte, el blog me dio un motivo al permitirme cuestionarme, porque para ésto es perfecto el blog: cuestionarse.
Una vez afrontados los motivos íntimos, vamos más allá: ¿Para qué me sirve el blog?
La respuesta me causa un poco de risa, pues, es recordar el proceso que he llevado para convertirme en un ser que cuestiona, que piensa. Se me ha criticado con constancia este aspecto mío, pero, creería yo que es por una fe ciega hacia el único método que han intentado en su vida quienes cuestionan, por lo que el mío debe ser rechazado en pro de sus intereses (ha coincidido que más del 70% de los casos son personas que desean ligue, por lo cual les convendría que no fuera tan racional y por su parte fuera más impulsiva) pero igual que no se castigue a ese 30%, que lo pueden hacer por curiosidad o por un consejo honesto.
En fin, mi última ocasión de tocar el tema fue ya con Esteban, donde se alinearon elementos importantes de mi parte, que hoy me sirven para darle un alto nivel de contenido al blog (desde mi perspectiva): Si bien el definir popularmente se entiende como limitar, en mi caso, el definir no busca ser absoluto, sino el enfocar o al menos concebir mentalmente algo y como mi alma es mi parte consciente (o razonable, según Giovanni Reale y Dario Antiseri dijo Sócrates) requiero de un lenguaje que maneje para eso, y allí está mi lengua (aunque también la lengua limita..) mediante las palabras, que me clarifican de la forma más precisa según creería. Así, el definir no limita, sino que conceptualiza, y al conceptualizar consigue reestructurar una idea, dándole un nuevo valor, valor que me sirve para observar el mundo con ojos diferentes, no esos ojos que solo me permiten ver desde un plano algo, que parece son los más habituales entre las personas, sino con algo que pueda ver más allá de lo físico, ¡que sea "libre" en la metafísica! ¡que los conceptos sean libres de sus ataduras! y el ejemplo más hermoso es con el amor, al cuál logré en ayuda conjunta el aislarle una serie de vicios que lo encadenaban, o eso creería yo.
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| La música como otro tipo de lenguaje que me interesaría descubrir |
Así que me tomo el atrevimiento de robar un concepto que los señores ya citados dicen que tuvo Platón -tampoco lo he leído... pero está en mis proyectos más inmediatos >.<- aún cuando creería yo que fue poco lo capcioso que les tomé de ese capítulo, pero, la idea del Uno y la multiplicidad la extrapolo y la llevo a un plano que para mí no es inmutable ni pre-existente a los humanos o dioses (Se me disculpará lo soberbia al querer extrapolar un concepto de Platón porque no crea en ciertos postulados) donde conservo la idea del ser y el no-ser y me quedo en definitiva con la delimitación de lo ilimitado. Insisto, no fue mucho lo que les pude tomar y todavía no leo a Platón para entender bien la tesis, pero, la idea de un Uno o Bien como jerarquía suprema en el mundo de las ideas (que, yo burdamente traduciría para mí como mi capacidad cognoscente al no concebir la inmortalidad del alma que postulaba Platón) estando entrelazado con una multiplicidad que es infinita y no-es porque se basa en la diferencia -algo que es deja de ser muchas cosas al mismo tiempo- me parece simplemente hermosa. Según considero en mi actualidad, mi racionalidad es limitada, pero, no por eso debo decir que todo es irracional, sino que debo llevarla hasta sus extremos, incluyendo el surcar con pleno permiso por la metafísica, porque no busco La Verdad o el sentido de todo, no, para mí eso no existe, sino que busco superar mis límites físicos o al menos los sensoriales.
¡Ah! ¡Cuanto amo ésta hiper-racionalidad conseguida por años de cobardía! Mi universo ultrasensorial es gigantesco, y si bien el sensorial todavía es pequeño, tengo la ventaja de que Yo puedo proyectarme a lo que quiera desde ese plano, porque igual siento, como todos, y porque soy consciente de mis carencias. Aunque no niego: hay cosas donde no creo pueda dominarme algún día, principalmente la atracción -cosa de química- y por el momento sólo me queda ser paciente para conseguir un nuevo objeto de fijación. ¡Pero que hermosa es la razón!
Pero mirad la hora que es, y yo mañana tengo examen de admisión a las 7:30. Me despido con una hermosa melodía de Vivaldi (realmente es al único dentro de la música clásica que escucho con frecuencia) que me acompañó a organizar los pensamientos para ésta entrada.
PD: Me atrevería a justificar la mala constancia que he tenido no solo en dolores de cabeza, sino también en el incremente cuantitativo del contenido de las entradas. Hoy visité dos blogs de interés y noté lo cortas que son cada entrada, mientras las mías precisan de imágenes para dar un poquito más de dinamismo.
PD2: Hablando de significados. El nombre del blog, Searching for Clio, se traduce literalmente como Buscando a Clío, quien es la musa de la Historia. Ya había comentado sobre Clío en "El problema de la duda", pero, no sobra hacer hincapié.
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