viernes, 5 de octubre de 2012

Cuestionar a otros

¡Y la euforia recorre mi mente! ¡Ah! Sensación tan placentera que se funde con toda tu alma. Es una hermosa conjunción de lo que he leído, tomado para mí y hablado. ¡La gente es tan hermosa cuando los miras con los ojos llenos de nobleza y amor! Creería que en éstos momentos estoy amando, claro, de una forma muy ínfima a lo que quiero llegar a amar y que tendrá corta duración, pero, en mi mente ahora mismo solo se postran elementos que reivindican mi deseo de vivir y amar. ¡La gente es tan hermosa! Digan lo que digan, la empatía es un hermoso sentimiento que enerva mi ser.

Ya llevo mis buenos días sin escribir. Bueno... me empecé a enfermar y padecía todos los días al despertarme de dolor de cabeza, lo que hacía que tomara el clásico acetaminofén y a seguir durmiendo.


Bueno, hoy quiero contar una linda historia de juventud: Cuando asistía al colegio, poco realmente me dieron de filosofía. Recuerdo una vez en que tenía que hacer un trabajo sobre un tal Descartes y lo busqué en Google... Wikipedia no tenía artículo o no sé por qué no di con él y debí buscar información en otros blogs de esos que tienen el fondo negro y la letra en rojo; no me importaba mucho si la información era veraz, sino tener algo de qué copiar. Por allá se decía que ese tipo era matemático y puse esa información. Al final no nos dijeron en clase quien era él, y sería en la Universidad que reconocería su nombre y leería dos ensayos de su autoria. Todavía me da un poco de risa pensar que entré en la Universidad tan ignorante, y que eso nunca fue un impedimento, lo que también me recuerda que más importante que tener "conocimiento" es el tener curiosidad, y por allá en un libro, no sé exactamente donde, se me comentaba que el pensar y las ideas no iban muy de la mano, pues, las ideas limitaban el pensar y la consciencia propia, pues en parte sirven de archivador. Pero, que no sirva de excusa para quedar ignorante, sino para todo el tiempo pensar las cosas, ¡y por ésto son hermosas las charlas! pues pueden hacer titubear una información que creías muy verídica en ti.

En éstos últimos días he tratado de involucrarme más con el pensamiento, o bueno, la lectura de modos de concebir las cosas. No negaré que me deja un poco insatisfecha que cuando lea un autor no pueda comprender su planteamiento y si quiera ponerlo en práctica a corto plazo, y que por su lado, exalte a aquellos que expandan mis ideales actuales. ¡Pero mis ideales son hasta bonitos! o eso creería yo. Y aunque todavía no lo abarco a profundidad, me estoy enamorando de un hermoso concepto: La Mayéutica. Poco sé más que la descripción general y el efecto que pudo causar, pero, me interesaría aplicarla para el conocimiento del yo. No niego que desde mucho antes trato de hacerlo, preguntando sin cesar a los demás, pero, me basaba más en tratar de conocerlos que en dejarlos conocerse, que el cuestionar sus bases cuando presentan incongruencias. No sería con fines egoístas (o al menos eso creo) sino con la intención de que los demás se puedan redescubrir y edificarse a partir de. Serán ellos quienes dan sus respuestas.
Pero, incluso en tan noble idea encuentro un obstáculo. Siempre me ha encantado la empatía, y cuando los demás se quedan con el "no sé", lo que hago es sugerir algo desde mi experiencia para ver si se acopla a la de los demás. ¿Obstruirá ésto en el proceso de conocimiento? a la gente no le gusta a veces mirarse en introspectiva, pero, ser yo es llevar a los que considero amigos a ese proceso, ¿o deberé seguir acoplándome a lo que cada cuál exija en mí? también sería interesante plantear un punto medio, ¿por qué no, si yo busco es la moderación?


¡Bueno! ni idea de qué canción abarca un tema enfocado a la consciencia del yo, pero, ésta canción me interesa porque se atreven a definir, a dar respuestas. ¡Definir no es limitar! Hay que definir pensando que el conjunto queda abierto, y el definir sirve para dar claridad, para liberar.


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