sábado, 11 de mayo de 2013

El Pansexualismo

Con las decisiones que tomas, los caminos que emprendes, empiezas a conocer nuevas formas ver el mundo, o, en éste caso, de ver la sexualidad.

Creamos categorías para todo, supongo que responde a una necesidad de sentirse seguro, de poder creer que se entiende algo y así opacar la incertidumbre, así sentir que controlamos la situación, que nada se escapa de nuestras perspicaces mentes. La sexualidad no es la excepción, donde tampoco escapa de esa necesidad de enfrascarlo todo en relaciones causales, y debo admitir que soy fiel seguidora de éste método. Sí, concibo el azar, pero, no creo las cosas pasan o no pasan porque sí. No afirmo que sucedan porque estaban destinadas a suceder, sino que una serie de factores afectaron a que así fuesen y esos factores se pueden identificar.

Así que hoy definiré/catalogarizaré/limitaré al camino que quiero alcanzar, a la llamada pansexualidad. Es un tanto contradictorio o ilógico dado que tengo un pensamiento retrógrado, que mantengo muchos tabúes y mi bagaje es mínimo, más, puede que por eso me interese, pues es una postura contraria a lo que habitúo ser.

Según Foucault -planteamiento que rememoro gracias al prof. J. Echavarria, pues sólo me enfrasqué en la parte ética del autor- el discurso juega es con el orden del poder. Renunciar a un discurso es renunciar al poder que otorga el discurso (por eso nos cuesta dar la razón, refiriéndolo a niveles más banales), a una forma de verdad. Haciendo el mismo juego de contrarios, aceptar o incluir un discurso a tu cosmovisión es aceptar una modalidad de poder, es tomar una relación diferente con un discurso verosímil.

Hay múltiples formas de identificación sexual, entre ellas, las banderas de:
Homosexualidad,  transgénero, asexualidad, pansexualidad, genderqueer, ??, bisexualidad.

Bajo ésta justificación es que se me hace atractiva la pansexualidad, que vendría siendo la propensión sexual hacia la totalidad de los sexos, reconociéndose sobre la bisexualidad en que ésta -como su nombre claramente cita- admite la atracción hacia dos sexos: Hombre y mujer. La pansexualidad habla de una universalidad, incluyendo entonces intersexuales (hermafroditas), transexuales (cambios biológicos de la condición sexual) y transgénero (personas que optan por identificarse con características que son atribuidas al sexo contrario)... ¿debo incluir también asexuales?. E incluso ésta definición limita la pansexualidad, pues admite un número restringido de elecciones sexuales y excluye aquellas como la zoofilia, según tengo entendido.

En mi caso (y según veo, en el discurso pansexual), me gustaría cuestionar el término "transgénero", pues admite que hay características inherentes de género -o bien las puede admitir como sociales, pero, pareciera no tener interés en la deconstrucción de las mismas-, definiendo lo que es masculino y lo que es femenino, postura que es contraria a una opinión menos rígida y que le permita al individuo identificarse con aquello que sienta más cómodo, no con aquello que debe ser (Aunque de por sí siempre se le impondrá una identificación, siempre estará limitando, lo exige la idea de civilización, idea con la que me encuentro de acuerdo aunque en éstos días he estado cuestionándola un poquito). Debo admitir que hago esa diferencia de géneros, pero, es algo en lo que estoy trabajando. Y bueno, por otra parte... no concibo la zoofilia, incluso la catalogo como "aberración"... sí, un poco dogmático ese adjetivo.

Andrej Pejic

La pansexualidad se me presenta como el discurso que me permite ejercer más poder, el que me permite expandir más mis horizontes mentales, que me permite albergar mayor cantidad de nociones, de perspectivas, y por eso se me hace sumamente atractivo, pero, ¿cómo desarrollar un gusto sexual cuando se supone éste hace parte del mundo del inconsciente? Así como se declara que los homosexuales no pueden renunciar a su sexualidad porque es una atracción que va formada desde la infancia, la pansexualidad se supone tendría que seguir el mismo camino.  Como argumento a favor se plantea entonces que, en principio, todas las personas propenden a la bisexualidad sino que lo reprimen, y ésto es otro discurso que planea consolidar leyes generales, que planea tachar como falsos los demás discursos. Y como éste último discurso limita mucho, prefiero ubicarme en uno que plantea que nacemos sin una propensión sexual y que ésta se forma con las figuras que tengamos, así hay heterosexuales que no propenden al bisexualismo u homosexualismo como también homosexuales que no propenden al bisexualismo o heterosexualismo. La respuesta estaría entonces en lo particular, en las figuras positivas que se hayan desarrollado para cada individuo. Allí yacería la causalidad.

No sé cómo será con respecto a la propensión a una única sexualidad como es el caso de heterosexuales y homosexuales, pero, supongo la pansexualidad estaría más cercana a la perspectiva bisexual. Como dije al inicio, creo en la causalidad, y si hoy puedo adoptar ésta postura se debe a todo un desarrollo de interacciones que tal vez pueda identificar levemente. En mi caso, tengo la fortuna de haber contado con figuras positivas de ambos géneros y de desarrollar una propensión sexual hacia lo femenino y lo masculino, no solo en la idea del sexo sino en la del género, lo que hace que desde mi bisexualidad pueda sentirme atraída por algunos transgénero. Me parecen fascinantes los andróginos, sean hombres o mujeres, y encuentro encantadoras ciertas actitudes, aún cuando mi conservadurismo no me permita admirar algunas de éstas características y siendo realmente pocas las que consigan fascinarme. Nunca he conocido un intersexual y nunca he desarrollado amistad con un transexual -los contextos no permiten que congeniemos en temas-. Así que no he entrado en las aguas experimentales del pansexualismo.

Dentro de lo simbólico encontramos la bandera que socialmente se reconoce como la del orgullo pansexual.  El rosa simboliza la identificación como mujeres; el azul, como hombres; el amarillo, como la mezcla de ambos. Sin embargo,la bandera es al tiempo una negación del pensamiento pansexual al dividir entre las categorías de masculino y femenino, aunque, afirmar ésto sería circunscribir la pansexualidad en el pensamiento queer y no sé si sea algo general.

Recapitulemos un poco: ¿Por qué me interesa la pansexualidad? porque es un discurso que me permite expandir mi ejercicio de poder. ¿Y por qué lo amplia? Porque expande las probabilidades, expande los intereses y las formas de cosmología. Disculparán que siga clasificando, pero, por lo general, un transexual ha tenido vivencias que le hacen pensar diferente que un hombre heterosexual, y el poder introducirme a ésta perspectiva que para mí sigue siendo un misterio me permite ampliar el conocimiento de las formas que los demás tienen con el mundo, que me permite superar los horizontes en los que me veo a mí misma como individuo y a mi en relación a otros.

El pansexualismo no es sólo una elección de orientación sexual sino que incluso es toda una perspectiva del mundo, me atrevo a catalogarle como un modelo filosófico o que al menos va ligado a uno, pues el elegir el pansexualismo es cuestionar las formas de clasificación reinantes, y puede parecer que sólo sean de género u orientación, pero, va más allá de eso y se expande al cuestionar las formas de categorización de la realidad al ponerla en términos sociales, al aceptar que nos regimos por una normatividad social y no natural, y que como es social no es estática sino que se puede deconstruir y re-edificar.


Un video que me ha hecho mucha gracia. "Una conexión [...] que va más allá del género", la culminación de la pansexualidad sería la superación de las categorías, ¿a qué no suena hermoso alcanzarlo?


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