miércoles, 8 de mayo de 2013

"Un verdadero estado liberal sería aquel que no prohibiera nada a sus ciudadanos"

02/05/13

Hoy al entrar a Semana encontré una pregunta curiosa: "¿Está usted de acuerdo con abolir el aborto definitivamente?". Hace una semana la cuestión era con el matrimonio igualitario y ahora es con la idea del aborto, y es algo que está presente en muchos que hilan ambas posturas, calificándolas de anti-naturales y de los problemas de moralidad de la contemporaneidad. Es allí cuando le empiezo a dar vueltas a los asuntos. Empiezo a recordar las palabras del profesor Jorge Echavarria: "Un verdadero estado liberal sería aquel que no prohibiera nada a sus ciudadanos", palabras que retumbaron en mi cabeza desde el momento en que las pronunció, y que siguieron dando forma a mi pensamiento.

Al prohibir una conducta se está dejando estipulado que hay un modelo a seguir. Calificarlas de "anti-naturales" significa que las hay "naturales", y que esos cánones deben ser seguidos. Es limitar entonces la diversidad y glorificar la uniformidad, es aniquilar al individuo y volverlo masa. Y no lo digo sólo por las disposiciones legales, sino las cívicas. No más ayer una compañera compartía una imagen que se mofaba del fútbol por ser una conducta poco académica, planteando entonces que quienes son académicos no pueden gustar del fútbol porque así lo dice la tradición, generando normas de conducta que se deben seguir para cada roll, acaso confesando que el hábito si hace al monje y que el pensar críticamente es algo que debe ir precedido por rutinas estipuladas, por el mismo discurso una y otra vez, que pretende poner en un cuadrado todos los comportamientos, que pretende reducir la diversidad en pro de que el clasificar sea más fácil, en pro de los estereotipos, que acaso va ligado a las tendencias positivistas del siglo XIX que pretendían eliminar la diferencia para conseguir "rigurosidad" en los resultados y convertirlo en algo cuantitativo, para poder sacar leyes y seguir encasillando. Si bien es un tema fascinante a mi gusto, no me quiero limitar a él, por lo que prosigo.

Las contradicciones del modelo: ¿Hay libertad en los "no más"? ¿eso no es regulación?
Tomado del blog de John Fonseca Alvarez

Los argumentos para no apoyar éstas conductas se basan en ideas dogmáticas: Lo dice la Biblia. Un compilado de textos que tienen más del milenio cada uno, pretendiendo que lo que en teoría regía la vida de una comunidad determinada antes de que se consolidara el derecho romano siga dirigiendo la vida de ciudadanos de polis -o mejor, metrópolis- radicalmente diferentes, donde se supone rige es un estado laico. Se basan en una moralidad castigadora, donde si no se sigue lo que yo creo es el ideal de vida, se va en contra de él. O están conmigo o están contra mí. Y se basan en un egocentrismo que indica que el ideal que sigo es el mejor para el mundo, ¡pero con qué palabras lo nombro, si bien se me puede acusar que yo lo hago! y allí, un tanto apenada por lo primitivo de mi planteamiento, me defiendo con un "ataco cuando la idea impide un desarrollo de la personalidad ajena, pero, no ataco su moralidad en sí". Si alguien desea vivir según la doctrina católica, no alzaré mi voz en oposición, porque es lo que ese alguien decidió tomar para sí mismo, pero, no puedo estar de acuerdo cuando pretenden que todos la sigan sin cuestionamiento.

Se está tan convencido de que su posición es "la correcta" que la consideran lo "natural", pero, ¿qué es lo natural? ¿acaso nuestras costumbres no tienen todas su génesis en los social? ¡Incluso la sexualidad no es algo que se practique con naturalidad sino bajo dictámenes sociales! Nos enseñan cómo entender nuestra sexualidad y lo que hacemos es seguir esas normas sociales, incluso aquellos que se entregan a conductas hedonistas porque no es lo "natural" lo que obra en ellos, sino la consolidación de un entramado social, de un discurso en torno a la sexualidad que comparten. Nuestros intereses sexuales son creaciones sociales, el que las personas se sientan atraídas hacia el sexo opuesto se debe a que se introducen dentro de un discurso y dentro de unas prácticas sociales, y el que se sientan atraídas por el propio género es porque se introducen dentro de un discurso y dentro de unas prácticas sociales. Estamos envueltos en el sistema y de él no podemos escapar pues somos a partir de él. El propio "yo" no es más que una construcción social, es una entidad que el lenguaje nos permite concebir, no es algo que sea innato a la humanidad.

Pero, en asuntos como el aborto entra otra cuestión: La vida en juego. Bueno, esta postura ya tendría que ser más cuidadosa, pero, yo me atrevo a estar a favor del aborto, y apelo a que, supuestamente, el feto no siente los primeros meses de gestación, variando la cifra de investigación a investigación (según sabía yo, entre las 24 y las 35 semanas como fecha inicial), por lo que no sentiría su muerte, es más, ni tiene consciencia de que está vivo. Claro, a mi criterio debo anexar el que no creo en el alma, y se debe ser comprensivo con quienes creen en ella.

Y para ser más drásticos: ¿y los asesinos? ¿y los ladrones? ¿cómo acaso se regiría un estado que no castigue éstas conductas? ¿no aumentarían los índices? Aquí es cuando hablamos de lo utópico -y por lo tanto, hermoso a mis ojos- de la cita de Jorge: Se enmendaría bajo la educación, bajo una introducción a la ética, NO A LA MORAL, sino a una revisión a consciencia y en todos los individuos. Si yo no asesino no es porque me vayan a meter a la prisión, es simplemente porque no tengo una intención real; si yo no robo no es por miedo a la ley, sino por un asunto ético.

Área restringida. El uso de una fuerza mortal está autorizado.
Las contradicciones del sistema: La vida no toma el valor más alto, sino la idea.

El ladrón no deja de robar por ser condenado, y dado que tengo grandes influencias socráticas en mi mentalidad -entre ellas la idea de que si las personas conocen el bien están inexorablemente ligadas a él (bueno, ya ésta opinión no es en mí absoluta como hace dos meses...)-, considero que si roba es porque no pudo adentrarse a un conocimiento más profundo que se enfoque en la solidaridad y la empatía, se le dio netamente matemáticas y lenguaje e ignoraron su parte humana, mientras el ejemplo que se le impartía era el de la indiferencia e individualismo.

El castigo que actualmente se ejerce no abarca un tratamiento psicológico. Es un castigo netamente físico, por lo que es probable el sujeto salga resentido de aquellos establecimientos. No se trata el problema de raíz por lo que no éste no es extirpado.


Lo admito: Al presentar éstas palabras, considero que las mías son acaso "verídicas". Propongo un modelo -que no es mío, claramente- y espero que lo sigan, suponiendo que es el "mejor" porque "abarca más", porque en teoría acepta las diferencias... aún cuando ataca a un modelo diferente. Y me gustaría poder quitar ésta contradicción en mis palabras, pero, vestir las cosas de que "no digo que el otro modelo sea incorrecto" sería decir algo que no tiene base, porque ciertamente es lo que digo, así que ahora no me puedo librar de la contradicción con palabras vacías, sino que acaso debo tratar de comprometerme con ordenar las ideas -que seguramente alguien más ya hizo- para que no sea un modelo excluyente sino inclusivo. Con éste párrafo que pretendo de un poco de claridad, continúo.


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