Well, well. Un asunto que ha rondado mucho en mi cabeza éstos días es el de "Usar y tirar" a las personas. No hablaré del tema, porque... no me parece apropiado en éstos momentos (en parte repite un tema tratado hace relativamente poco) pero, que se sepa que ya escribí sobre el tema, sólo que no lo publicaré.
¡Transcribamos! Que hoy estoy muy llena para pensar por mi cuenta.
Éste segmento es del 26 de Agosto de éste año:
Me sigo sorprendiendo ante cómo determinados estímulos pueden darte cosas inesperadas a consideración. Ésta mañana, mientras releía "Veronika decide morir" en busca de algunas citas que capté con el screenshot del celular (me lo leí entre tantos eternos viajes en ruta, que lo tenía era en PDF) emprendí la tarea de transcribir toda la situación planteada en la página 36, y ahí paré... *1
Es curioso, al enfrentar la situación de Veronika, me invadió la sensación de que esa pude haber sido yo... o que en la parte esencial, esa fui yo. Noté que el cambio que he tenido en éstos años no es consecuencia neta de mi actividad introspectiva ni de la intervención de un nebuloso aglomerado de personas, sino que notable parte de ese cambio se debe a la presencia de una persona... noté como Edgar cambió mi vida.
No me gustaría llegar al extremo de la canción de Jessy & Joe "Llegaste tú", que tampoco es que sea así, pero, es cierto que su llegada a mi vida me afectó como ninguna persona antes lo había hecho. Una chica cerrada, celosa del mundo, un cinco de abril del 2010 conoció a alguien con quien no esperó llegar a nada. Bueno, es cierto que estaba cansada de ser alguien asocial y acaso Johan le contó de cómo conoció a un amigo actual en una inducción, por lo que esa niña se había propuesta hacer lo mismo.
Hasta esa fecha, un cinco de abril del 2010, con la única persona fuera de mi familia con la que yo podía pasar horas y horas hablando sin sentirme incómoda había sido Daniela (Es curioso que ahora no recuerde su apellido, y en mi mente se haya grabado su "muy play") y los humanos somos seres de conductas repetividas, por lo que en la primera tarde-noche que hablé con Edgar justo después de la inducción me sentí incómoda -Hoy en día no xd-. Incluso recuerdo que me mostró algunas bandas musicales, y creo me dio su msn, que después yo perdería y lograría volver a conseguir (La universidad no es tan grande xd). ¿Quién me hubiera dicho a mí que después de dos años se convertiría, junto con Laura, en la persona en la que más confío?
El camino no fue ascendente-lineal... yo no lo hice fácil. Aún cuando ambos teníamos claras las intenciones, seguíamos ocultando, disfrazando nuestra verdad interna. Realmente admiro su tenacidad y paciencia, no sé por qué justo a mí se me presentó la oportunidad de conocer a alguien que quería estar para los demás, pero, éste evento casual me proyectaría a un nuevo nivel. Gracias a su intervención, logré exponer muchos de mis demonios internos a la luz, donde la mayoría se petrificaron. Gracias a él, a su actitud única de saber escuchar al otro e interesarse realmente por el otro, me empecé a liberar de los ropajes que amarraban mi actuar y sólo me permitían contemplar todo en oscuridad. Fue él el único que me ofreció la mano que podía sacarme de las tinieblas, que alcanzaba hasta esas tierras, porque esas manos ya la conocían, o al menos tenían la determinación para saber andar donde los ojos no llevan. Gracias a él, hoy en día soy yo, y no me he rendido ante tantas tentativas de una mente cobarde como la mía.
Hoy en día, es la única persona fuera de mi familia por la que realmente actuaría bajo riesgo. Sé que tengo muchas falencias, porque mi falta de constancia sigue siendo un impedimento para muchas empresas, pero, las cosas han mejorado sustancialmente.
No quiero detallar más, no en éstos momentos, sólo agradecer.
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*1. Cosas a considerar:
Tengo un cuaderno de citas, por eso lo de "transcribir" las frases que más me gustaron. Allí transcribí éste segmento:
"Había sido intransigente justamente en aquello que era más fácil: mostrarse a sí misma su fuerza e indiferencia, cuando en verdad era una mujer frágil, que jamás había conseguido destacar en los estudios, ni en las competiciones deportivas de su escuela, ni en su tentativa por mantener la armonía de su hogar.
Había superado sus defectos más leves sólo para ser derrotada en lo que era importante y fundamental. Había conseguido tener la apariencia de mujer independiente cuando en verdad necesitaba desesperadamente una compañía. Llegaba a los sitios y todos la miraban, pero generalmente terminaba la noche sola, en el convento, mirando una televisión que ni siquiera sintonizaba bien los canales. Había dado a todos sus amigos la impresión de ser un modelo que ellos debían envidiar, y había gastado lo mejor de su energía en comportarse a la altura de la imagen que ella se había creado.
Por causa de eso nunca le habían sobrado fuerzas para ser ella misma: una persona que, como todas las de éste mundo, necesitaba de los otros para ser feliz. ¡Pero los otros eran tan difíciles! Tenían reacciones imprevistas, vivían rodeados de defensas, actuaban también como ella, mostrando indiferencia en todo. Cuando llegaba alguien más abierto a la vida, o lo rechazaban inmediatamente o le hacían sufrir, considerándolo inferior e ingenuo.
Muy bien: podía haber impresionado a mucha gente con su fuerza y determinación, ¿pero adónde había llegado? Al vacío. A la soledad completa. A Villete. A la antesala de la muerte" p. 36
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Dudé mucho sobre si publicar ésto o no... pero... ya hice una entrada con Laura, así que no había una razón para evitar hacerla sobre él, aún cuando los vestigios de un orgullo mal-fundado me detenían a hacerlo.
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