martes, 6 de noviembre de 2012

Razón y sentimientos, ¿contrarios?

Para empezar el día, daré un pomposo enfoque a una frasesilla que ayer escuché en Sex and the city cuando por la madrugada ofrecían la película por Caracol creo, y que al tiempo nutre un imaginario que la mayoría mantiene: "No te dejes guiar por la razón, hazlo por los sentimientos", le decía la protagonista a una de sus amigas que no sabía si perdonar a su marido o no.

¿Pero qué clase de sociedad depravada postula éstas frases como sus máximas? Pero, para todos aquellos que no entiendan o compartan mi posición, ésta les puede sonar extraña y hasta ilógica, por lo que procederé a esclarecer mi punto, y ya se juzgará después.

Posterior al haber leído las descripciones de los eneagramas, y principalmente, de aquellos concernientes a la triada del pensamiento, creería que la mayor lección o duda que adquirí fue la relación "pensamiento/miedo", no como contrario, sino como supletorio o recompensa. Claro, la idea pasó por un proceso de "crítica", que, como soy una chiquilla, se limitaría a pensar que tan cierto puede ser en mi caso y tratar de evidenciarlo en otros (lo cual también es muy peligroso pues verás las cosas como les prefieras evidenciar) y allí se me presentó la relación como un suceso lógico.

El miedo a lo externo o desconocido puede conducir al individuo a tratar de aclararlo todo para no echar riesgos innecesarios, por lo cual, hace uso de su razón y le desarrolla. Digamos, el primer motivante será a modo de mecanismo de defensa ante la hostilidad que cree percibir en su medio, lo que le hace tratar de preveer y para eso pensar. Y he allí uno de los peligros de la razón: que es motivada por el miedo. La razón en un primer caso incita a no hacer, porque es cobarde, contemplando serias tendencias auto-destructivas y que pueden enajenar al individuo de la realidad y conviertiéndole en un saco de inseguridades, y allí si puede llegar Sarah Jessica Parker a abofetearme por temerosa.

Más, ésta es una estación, y sería justo como aquellas personas que nunca miden riesgos y terminan enrollándose con mexicanos pertenecientes a una mafia, porque sólo se basan en lo que sienten. El problema radica en que aíslan ambas condiciones, y así, sentimientos y razón son considerados contrarios, ¡pero que fatal error! Igual, primero trataré de liberar a la razón de esa concepción antes de ahondar ese asunto.


El miedo para la razón puede ser lo que los muros son para nosotros mientras aprendemos a caminar: Son apoyos que facilitan el desarrollo, pero, el quedarse allí es dejar el proceso incompleto. Se deja a la razón en una etapa de infancia, en un tipo de irracionalidad, pues sólo se le usa para justificar o adelantar procesos externos, que nuevamente es romper con la parte sentimental, desarrollando ambas partes diferentes y cuidando no mezclarles. Ésta infancia es una etapa a superar, y puede ser dificultoso el hacerlo, o al menos como ser humano de 18 años me cuesta terriblemente, superando gran parte de ellos (incluso es menos evidente el que tengo hacia las cucarachas) aunque todavía me encuentro con grandes muros (el miedo a manifestar los sentimientos con palabras). Y será paradójico para la mayoría, pero, en mi caso, fue la propia razón la que me liberó del "miedo" como amo y señor, o al menos la que puso en duda su soberanía.

Ahora, me atreveré a postular a la razón por encima de los sentimientos, ¡pero, antes de que me matéis, escuchadme! no se tratará de una relación amo y esclavo, sino de guía o de padre, y he aquí parte de mi explicación, que agrupé mientras hablaba con Johan Sebastian (¡pobre de él!)

Para defender mi caso, me basé en una idea maravillosa que me comentaba Edgar: El fenómeno y la idea. Para resumir una idea que se desarrolló en una larga plática, él usó como ejemplo al amor, que es idea del fenómeno del sexo. Comentaba con justa causa como nos encargábamos de divirlos, de considerar sólo el fenómeno sin la idea o la idea sin el fenómeno, cuando lo acertado podría ser el lograr cohesionarles, pues ambos al tiempo son complementos. Días después vendría el ilustre ejemplo de la forma y el contenido, inseparables también, y concluiría con los hace nada mencionados enfoques de la sociología y la antropología, que son diferentes pero entre ellos no se excluyen.

¿Cómo usé esa perspectiva? Comenté que el principal error y causa de la depravación de la razón es que la aíslan. Creen que razón es sinónimo de cínico o frío, creen que ser racional es no sentir. Y los propios partidarios de la razón hacen honor a su condición, pues, incluso ellos tienen miedo al compromiso consigo mismos y se quedan en ese estado de dependencia al miedo. Pero, la razón no es un contrario al sentimiento, sino que son complementos, ambas son figuras que se apoyan mutuamente, y que juntas pueden elevar el espíritu humano. Yo ubicaría a la razón por encima del sentimiento dado su enfoque, que se instala  bajo fuertes cimientos (el "yo consciente", el alma), y no por capricho, porque la sensatez hace parte del dominio de la razón,  y éste servirá de guía para el sano desarrollo de los sentimientos, ¡el desarrollo de la tan bien llamada inteligencia emocional! la razón te da los medios para sentir de forma más intensa y libre, medios que de por sí no encontraba el sentimiento, que al aislarlo se le convierte en "irracional" y proclive a conductas violentas o autodestructivas. ¡La una sin la otra son auto-destructivas! y he allí la gracia de la modulación o de la balanza.

No lo niego, en mi caso, tengo tendencias a ser cínica y fría, pero, es la misma razón y no el sentir lo que me convierte en alguien amable y alguien que sale de a pequeños pasos de su egoísmo, y es la razón la que me impulsa liberar mi sentir. ¡Y luego me dicen que no me deje guiar por ella!


Por el momento, concluiré así, pues creo es un buen resumen. Anexaré.... la última canción que subí al YouTube xD, y que va para sus 500 reproducciones en 3 días. Amo el mensaje allí manifiesto, y si bien su lenguaje es sencillo, me parece realmente rico en contenido.


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