martes, 27 de noviembre de 2012

¿Fidelidad?

Anteayer conversando aleatoriamente traté de visualizar concepciones sobre un caso: El amor. La gente lo relaciona con el romanticismo, con la fidelidad, con el detallismo, respeto y otras cosas que ahora no recuerdo. Pero, eso es desde la palabra y mi leve experiencia me permite dudar de lo que la gente dice, pues, casi siempre responden a un acuerdo social de que ese es el amor (y no digo yo que no, sólo la gran mayoría no aplica).

Claro que nociones como el ser detallista y el respeto me generan curiosidad. En el primer caso, porque dudo de la razón que motive la actividad. De por sí, creo que todas nuestras actitudes son egoístas, ya lo conveniente sería acordar si su egoísmo es incluyente o benéfico para los demás, algo así como un "egoísmo altruista" (se me disculpará la mezcolanza). Y también considero que el ser detallista es una forma de perpetuarse en el otro, de ser para el otro, pero, ¿qué se espera de ésto? tendría que precisarlo preguntando un poco más al respecto, ¿y si alguien espera detallismo? ligo la idea a la de ser especial que medio comenté en "El Amor". En el segundo caso, es casi siempre una acepción social, que bien yo entraría a calificar como ideas que no han sido reflexionadas sino simplemente tomadas y por eso no aplican (se me disculpará el juicio... como el otro 100% de los juicios que hago), pero, en parte comparto el mensaje del respeto.

La noción de romanticismo me parece va íntimamente ligada a las actitudes del detallista. Es una idea un tanto interesante, y que se basa en esa misma costumbre. Pero, quién me lee dirá que soy radical, no creo en ellas y no aplico al regocijarme de los intereses ocultos o negados en ellas. Aclararé entonces que mi intención es tratar de comprender a profundidad éstos criterios, y que también hago uso de ellos. Pero, no nos perdamos... me pregunto entonces, ¿qué es ser romántico? ¿qué motiva ese romanticismo? y me encuentro con respuestas que no sé si fue porque ya estaba poco perceptiva, pero, que no logro ahora esquematizar y por eso en ésta entrada no responderé.

Tadán, tadán, y así se llega a la concepción que más me intriga: La fidelidad. No la hablaré entre amigos, que esa es más fácil de llegar a un común acuerdo, sino donde se genera la ruptura, que es en el plano amoroso. No es la primera vez que me enfoco en esa noción, ya lo había hablado en un primer término con Edgar, ya pregunté acaso a Johanna y ya W. Esteban me habló de la distinción entre fidelidad y lealtad. Ahora, tocamos el tema en manos de una joven cuyo nombre no recuerdo (que usualmente nunca recuerdo los nombres cuando me presentan a alguien) y ella se encargará de llevar el discurso de hoy.


Frases que refuerzan un comportamiento mecanizado que nadie sabe por qué lo hace.
Tomado de El poder de tu amor.

Hagamos una larga introducción al término con la historia de mi vida, ¿por qué no? :). De 18 años vividos, los primeros 15-16 los pasé en un fanatismo hacia una idea cerrada de pureza. La "fidelidad" tenía entonces una carga cerrada y fanática: Se debía generar un abismo entre los implicados y el mundo, un abismo incuestionable, por órdenes de Dios (Debo admitir que convertí mi catolicismo en una especie de fanatismo). La monogamia era indudable y el estar con alguien significaba una dignidad* que debía ser cumplida. La "infidelidad" era un atentado contra esa dignidad y por eso no debía ser perdonada. De los 16 a los 18 empezó a caer lentamente el tabú que tenía como telón, los vestigios de mi falso catolicismo se fueron cayendo y surgía de a pocos un escenario coherente. Y así llegamos hasta la actualidad y las primeras conversaciones donde cuestioné acaso el criterio de fidelidad.

Con la diferenciación entre los dos tipos de ego que ya hice en Estructura de mi yo, surgió el cuestionamiento a la dignidad... no mentiré y comento que no fue radical, pero, sí cuestioné algunas exigencias que la dignidad ejercía y eso me llevó a un diálogo con mi mamá. Mi querida madre elevó la idea de la dignidad a niveles fanáticos, aún cuando su orgullo es flexible, así que discutíamos sobre perdonar a alguien en caso de adulterio. Claro, mis palabras fueron difíciles de digerir.. para mí, lo que decía iba en contra de 18 años de costumbre, y todavía no hago un quiebre con la idea de dignidad.

Ahora, retomémosle la palabra a nuestra joven. Al hablar de fidelidad, lo unió sin titubear con la idea de la exclusividad. Al preguntarle, me dijo que no significaba que no se saliera con nadie ni que se pudiese disfrutar con otras personas, sino que si se está con alguien, se está con sólo ese alguien. Confesó ser alguien celoso, y me comentó acaso episodios donde su pareja se aprovechaba de su debilidad para jugarle una mala pasada, lo que podría hacer que haga resistencia a mayor fuerza con éstas conductas (como cuando Johan me dice chiquis o baby, que trato de acostumbrarme pero cada vez que lo oigo se me revuelcan las tripas y me quejo). Al hablarle el tema de los contratos sociales (no a la forma de Rousseau sino como describí en Contratos Sociales) y el modo tácito en que se firman una serie de obligaciones, observó que requería las ya mencionadas, lo que, dentro de mi limitada percepción del mundo me hace pensar en mi juicio (ya expresado en la entrada El Amor): El sentirse especial. O, como supuestamente diría Lacan -no lo leí a él, las ideas aquí expresas fueron tomadas del libro Mujer y Feminidad-, la mujer busca ser amada más que amar. Claro, claro, yo soy de creer que ambos sexos lo buscan, sólo que el hombre tiene mayor costumbre por tomar los papeles activo.

Y en relación a lo que me comentaba W. Esteban, de que para él fidelidad y lealtad no eran lo mismo, me empiezo a preguntar cuál es la diferencia que las personas acaso perciben entre los dos. ¿Se puede ser infiel y al tiempo leal? ¿qué es eso de la infidelidad? ¿qué es la deslealtad?

Yo por mi parte había flexibilizado el término fidelidad, pues, no niego que casi lo veo como sinónimo de lealtad, pero, si me pongo a pensar en qué contextos se usa más el uno que el otro, no podré negar que siempre se prefiere uno sobre otro en determinadas situaciones. Por su parte, la lealtad está muy ligada al honor, y se debería a votos fraternales. Se es desleal con los amigos y con los jefes, o al menos se usa más frecuentemente ese término en esa serie de escenarios. La infidelidad toma un carácter más pasional, y se relaciona más con la parte del adulterio.

Allí hallamos una fuerte característica: El egocentrismo. Quien no lo crea me tendrá que venir a sustentar lo contrario, pero, la gente por lo general da fidelidad porque espera recibirla, porque se atan a unos márgenes sociales que no comprenden (y no digo yo estoy exenta, ¡incluso no comprendo ni esto!) y porque se basan en una apariencia. La fidelidad tiene la connotación de carga, de obligación, de sacrificio. En sus funciones está el nutrir al orgullo y al derecho de posesión, ¡pero que insensata es la fidelidad como la entienden!

Ya sabéis, la fidelidad se mide por meses y en páginas web.
Tomado de Cada signo.


No defiendo yo el adulterio, pues, quienes lo comenten, por lo general, no lo hacen porque pongan éstas normas en cuestión. Ni acaso presento una opinión que comparto, puesto que si algo hermoso me dejó ese catolicismo que apliqué de forma hipócrita hasta que decidí volverme atea y luego agnóstica, fue la admiración hacia la idea de monogamia. Claro, las razones cambiaron, y si acaso alguien más que un bot o alguien que busque frases cursis sobre la indiferencia (por Dios, 700 visitas en Indiferencia) le recomiendo que examine por sí mismo la utilidad de la noción.

La fidelidad, entendida como el no adulterio, no se exige ni se espera. A ésto mi madre me llamó cachona, pero, dejadme trato de acaso parecer un poco más razonable. Si alguien te llena por como es, si consigue darte felicidad por ser, ¿para qué limitarlo? su riqueza yace en la relativa libertad que el sujeto posee, en el con quién se relaciona, en el qué busca en la gente, en cosas como esa, y al querer reducir su accionar bajo pretextos egoístas lo que hacemos es eliminar su esencia (Ya lo comenté en Sobre la confianza y la posesión). A mi me pareciera más ridículo que se sufran años por amor simplemente por mantener un orgullo o una dignidad. Y si acaso pudiera sentirme feliz de que la persona que me acompaña en relación sentimental también tenga ese tipo de vínculos con otros, seré mucho más dichosa, ¿y allí qué importaría la negativa de los demás? Claro... éste es un objetivo, y aunque no se crea, trabajo indirectamente para él (tengo una lucha declarada a mi orgullo, y dejadme decir que no ha sido fácil reducirlo, pues, vuelve y se alza con todo).

Y no estoy tratando de excusar un comportamiento en mí. Ya lo dije, practico la monogamia. Soy de creer que si alguien te llena, ¿para qué estar con alguien más? ya lo comenté en otra entrada: Una meta deseada de por sí te hace fiel a ella. La fidelidad no entra a ser una obligación, sino una consecuencia, algo que no pesa ni se lamenta, no es un sacrificio, tu voluntad no está contra ella.


¡Edito la canción! Bueno, reemplazo mi amada Aozora Kataomoi, que era repetida, y por su parte elijo una bella melodía de Silvio Rodríguez que hace poco tuve el placer de descubrir. ¡Pero que letra! "La libertad nació sin dueño, y yo quien soy para colmarle cada sueño, "



* ... la idea de la dignidad en la relación la sigo llevando. Digo.. no soy parche de nadie, y sólo tendría interés en connotaciones románticas si puedo construir sociedad, no hablo de matrimonio, hablo de algo relativamente estable y que se pueda proyectar a futuro.

PD: Acerca de nimiedades... he cambiado el fondo del blog. Verán, en el último mes he perdido parte de ese entusiasmo mediático y aunque no niego sigo el proyecto musical de SKE48, ya la parte del fan loco y obsesivo me está pasando. Entre imágenes grandes que tuviera y recordara, me vino a la mente la que ahora se visualiza, que representa a Ogasawara Sachiko. Esa novela me encanta....

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