viernes, 9 de noviembre de 2012

Epístola

Recuerdo una tarde en casa de mi apreciada abuela materna Aura, nombre que le fue otorgado por el famoso libro "Aura o las violetas" de Vargas Vila, cuando veíamos un programa en Caracol llamado "Mujeres al límite". La historia de por sí me pareció aburrida, pero, hubo una frase que dijo uno de los protagonistas, que tal vez ya la habrá mencionado algún escritor hace dos mil años, pero, yo la escuché fue en boca de éste personaje, la cual compartía un "El que miente, niega su existencia". ¡Vaya momento de clarividencia en que a mis oídos se postuló una frase que encajaba a la perfección con el camino que empezaba a tomar! Fue tanta la impresión, que incluso aquella sencilla frase es la primera en las Notas del celular, vea pues.

Pero, no vengo aquí a contar aquel preciado momento nieta-abuela, aunque, bien podría, ¿por qué no? no obstante, esa no es la razón de ésta entrada.

Entre los últimos libros con los que he cruzado ojos, he notado como se prestan para reforzar una actividad que aprecio mucho, y es la escritura como método de conocimiento propio. Claro, mi intención ya más allá del plano de la redacción, abarcando también una práctica generalizada, donde incluso nos encontraremos a partir de la figura del "otro".

En "Tecnologías del yo", libro realizado a partir de unas conferencias, Foucaoult nos comenta el papel de la escritura en la cultura grecorromana como forma de reforzar unos de los principios fundamentales en el mundo griego: El cuidarse a sí mismos y el conocerse a sí mismos. Cito al respecto: "Escribir también era importante en la cultura del cuidado de sí. Una de las características más importantes de este cuidado implicaba tomar notas sobre sí mismo que debían ser releídas, escribir tratados o cartas a los amigos para ayudarles, y llevar cuadernos con el fin de reactivar para sí mismo las verdades que uno necesitaba. [...]" p. 61-62*. La escritura se convierte en una forma de alcanzar niveles de introspección cada vez más detallados, permiten al hombre relacionarse de forma más intensa consigo mismo, lo que en teoría llevaría a la adquisición de la "verdad", más, la propia escritura se valía de métodos para hacer eficaz su labor, y allí es donde Foucault da un enfoque en las últimas dos características: La epístola y las leyes.

No hablaré de la última característica, pero, si la dejo en ese estado quedará incomprensible, así que al menos detallo que era la memorización de una serie de leyes y modos de proseguir que aplicaron los estoicos. Resulta de interés particular para mí la epístola. Foucault además nos comenta que los grecorromanos tenían tendencias de anotar en ellas los hechos, mientras los cristianos los pensamientos. La grandeza del método es que podemos conjugar ambos, y, a partir de un hecho, hacerle gala a un pensamiento, o bien también podría ser de la forma inversa. La función de ésto sería una mayor apreciación del suceso o pensamiento, pues, insisto en que cuando nos ponemos en la labor de escribir, tenemos que hacer un esfuerzo en encontrar el uso adecuado de las palabras y plasmar con la mayor precisión el cómo visualizamos nuestros pensamientos, que en general tienen una naturaleza caótica. Ahora, el papel del "otro" entra a funcionar en cuanto excitará recuerdos en base al papel que desempeña y además enfocará los propios. Y aquí es donde detallaré el papel de tan importante figura.


La frase con la que abrí la entrada fue citada porque a partir de allí consideré la figura del "otro" en relación al conocimiento del yo. Ya en la entrada Máscaras cité una frase que se supone se le atribuye a Nietzsche (no sé, no lo he leído) la cual citaré nuevamente para ésta entrada: "El 'psícólogo' descubre que tras la máscara, que presumiblemente debe ocultar la identidad, hay otras máscaras, que en última instancia lo que se encuentra tras las máscaras es la falta de identidad" p.84**. ¿Por qué cito? Porque la carta puede ser un modelo de honestidad. Siendo lógicos con éstas frases podría decir que las personas que son honestas con las demás al tiempo son honestas consigo mismas, lo que a consecuencia representan tienen mayor conocimiento sobre sí.

Aquí el papel puede ser más global: No sólo ser honestos con la escritura, sino también con la forma oral y si bien acepto y reivindico la importancia del diálogo platónico, el enfoque aquí expreso es con la escritura, por lo que seguiré en ella, y vuelvo la mirada a las epístolas.

La carta es un modo de comunicación un tanto diferente a los que acostumbramos a usar. En él, se toma la palabra de forma extensa para comunicar a alguien alguna acción, pensamiento, reflexión, sentimiento, etc. Difiere de los usuales métodos de comunicación modernos ya que no tienes un límite de 90 caracteres o la comunicación no es inmediata, no se hace uso de preguntas que poco pueden aportar y por su parte tienen la posibilidad de ser altamente descriptivas. ¡Y allí está su gloria a mis ojos!

Nos anticipamos a las posibles preguntas y describimos lo que queremos comunicar. Que si fue un acontecimiento, hacemos un análisis en detalle, dejando que sea la recreación mental la que se encargue de dar todas las especificaciones sin interrupción, como lamentablemente suele acontecer con lo oral. Es casi que un reto y al tiempo una forma de activar nuestras capacidades de interpretación, cohesión y como no, explicativas. No solo mejorará la comunicación, sino la recreación mental, los instantes allí descritos aumentarán detalles para nosotros mismos. Como consecuencia de tan noble método, el conocimiento de sí mismo se expandirá.

Para concluir con el lindo texto de Foucault, según él, con Platón se hará evidente un método dentro de éste modelo que permitirá una profundización y observación más cercana a "la verdad", que serán los reconocidos diálogos. El diálogo es a la vez una forma de enfrentamiento consigo mismo y con las incoherencias dentro de nuestro discurso (basándome en lo que menciona Freud en Introducción al psicoanálisis).

No sé si estaré errada, pero, creería que la epístola cumpliría un papel mnemotécnico y descriptivo, mientras la oralidad tendría funciones revelativas (?).


Y, como anexo al escrito, una canción de Nana Mizuki. Sí, está subtitulado al español, pero, realmente las letras me son irrelevantes... la canción es bonita y tiene el nombre de "Letter" (¡Pero cuanta profundidad la mía!)






* FOUCAULT, Michael. Tecnologías del yo. Barcelona: 1995, Pardós / I.C.E. - U.A.B.
** RESTREPO, Luis Antionio. Pensar la Historia. -----

PD: De la misma forma en que "Antonomasia" fue añadida hace poco a mi diccionario, también hace como 2 semanas hizo lo propio "epístola" xD, antes no sabía qué era.

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