sábado, 30 de junio de 2012

Contratos sociales

¡Qué hermoso es lo que me brinda la vista! Ahh, mi sentido favorito, sin lugar a duda. ¿Quién irá después, el gusto o el tacto? difícil cuestión...
¿Qué he visto acaso? Pues, para envidia de pocos (No todos admiramos lo mismo, claro está) ayer observé una hermosa luna en creciente a eso de las 15:40. ¡Nunca había visto una luna a tan tempranas horas! no muy lejos se encontraba el sol, y sobre el pasto, cientos de dientes de león, mientras otras cientas de pequeñas flores amarillas se ocultaban ya que la noche se acercaba. Para concluir, un fresco aire recorría el lugar, me hubiera gustado tenderme, pero, a esas llegó mi padre del trabajo y lo normal es saludarle y preguntarle como le fue.
Luego de tan placentera tarde viajé a Medellín y aquí sigo, esperando devolverme hoy (... o el lunes, que si me quedo hoy, me quedo el domingo que hay plan) para San Pedro y ya quedarme por el resto de la semana.

Admirad las hermosas praderas del campo, animales citadinos.
Hablando de la visión y de las cosas bellas a contemplar, hay un tema que no sé si esté juzgando equivocadamente por mi forma de concebir el mundo, pues, como quien dice, "quién las hace las ve hacer", y a menudo nos parece que algo no es así o que algo siempre es así porque nosotros lo concebimos así... visión que está errada.

Con ésto claro, continúo: En mi consideración personal, intuyo que aquellos que hablan de que no se fijan en alguien por sus atributos físicos son unos hipócritas. Lo siento más bien como un recurso muy cliché de vender una buena imagen de sí mismo, como que se tiende a la profundidad y no sé qué más cuantas cosas. En mi caso, para tener una idea de pareja lo baso en la empatía, asunto que no es físico, pero, eso es para pareja estable. Cuando uno ve a alguien interesante físicamente y tiene oportunidades a esa persona se inicia un muy bonito juego de coquetería. En mi caso, casi siempre queda allí, ya que no soy alguien impulsiva ni que tenga mucho interés por los affair, y por un último lado, no hay suficientes motivantes para iniciar algo estable. Y veo como la situación se repite en casi todos los casos: Amig@s que se ven interesados en alguien por su apariencia física, ¿y quién dice que está mal? para nada, es un recurso.


Los humanos somos partes del mercado. En las relaciones sociales, considero existen una serie de contratos no estipulados. Metafóricamente hablando, se establece un intercambio de beneficios y los hay de todos los niveles. Que un hombre salga con una mujer porque él tiene dinero y ella está muy bonita está bien: Cada uno de los presentes es consciente del beneficio que está recibiendo y de lo que tienen que ofrecer para ese beneficio. Los juicios que se hacen es por vanas cuestiones morales, si alguien decide hacerlo, considero propio aceptarlo; si uno no lo quiere hacer, también está bien. Ojo, no es un contrato al que seguir al pié de la letra o de naturaleza inmutable, ni mucho menos es vitalicio... se puede romper en cualquier momento. No puedo negar que tiene dentro una especie de obligación en el actuar, aún cuando me disgusta la idea, pero, sigue siendo un acto de voluntad.

Entonces, en esa cantidad casi infinita de tipos de contrato existentes, si lo enfocamos al ámbito amoroso (Entendido no como amor de por medio, sino como ese tipo de interacciones que tienen privilegios que no se conocen en una amistad normal, you know it), me parece poco práctico el sólo enfrascarse en sellar un tipo de contrato, o al menos el tratar de vender esa imagen. Alguien inteligente es alguien que aprovecha los recursos de su medio, pero, es consciente de las consecuencias o reacciones que podría llegar a generar. Hombre, claro, yo soy alguien de más hablar que de hacer, pero, no es porque no crea en lo que digo, sino porque no soy alguien impulsivo. Esa impulsividad es cambiada por un proceso en apariencia más reflexivo (En apariencia, ojo) y ese proceso poco se ve interesado en los contratos que acaso intuyo me ofrecen en el presente, mientras que alguien impulsivo no necesita tanta basura y acepta contratos por doquier.

Pero, hay un pequeño problema... cuando la motivación para ejercer contratos no es la correcta... sino que se usa para suplir alguna carencia, lo que lleva a que la solución del problema se postule, e incluso se intensifique el problema.


De casualidad, Laura reproducía en la casa una canción con un mensaje interesante. La anexo como complemento al último punto, claro, si dejamos de lado el mensaje del SIDA y nos enfrascamos en cómo trata de suplir su soledad :P Próspera tarde.


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